El objetivo de la educación emocional es el desarrollo de
competencias emocionales: conciencia emocional, regulación emocional, autogestión, inteligencia interpersonal, habilidades de vida y bienestar. La
práctica de la educación emocional implica diseñar programas fundamentados;
para llevarlos a la práctica hay que contar con profesorado debidamente
preparado, para apoyar la labor del
profesorado se necesitan materiales curriculares y para evaluar los programas se necesitan instrumentos de recogida
de datos.
Ver
artículo sobre educación emocional y competencias básicas para la vida.
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